sábado, 29 de diciembre de 2018

Año Nuevo…Vida Nueva y Un Mundo Mejor

Fin de año y comienzo del nuevo es época de despedidas y bienvenidas. Es época de buenos deseos y de hacer votos por la prosperidad de los seres queridos y de la entera humanidad. Pero, sobre todo, es tiempo de balances, de buenos propósitos e intenciones….

Cuando termina el año, evaluamos lo cosechado y lo no logrado respecto de los objetivos y metas que nos trazamos para el año que termina… Metas que van desde el plano meramente individual y muy personal hasta las que trascienden fronteras familiares, sociales, raciales, ideológicas y culturales, para abrirse a las mejores intenciones y propósitos por el bien de todos los que habitamos la tierra.

Vivimos, quién lo ignora y quién lo duda, tiempos de profundos cambios y de crisis que a todos nos afectan, nos angustian y nos llenan de incertidumbre respecto del futuro próximo de la vida de cada uno, de nuestros más próximos, de nuestros connacionales y del mundo…

Cambios y crisis que tocan todos los estamentos de la vida del hombre en sociedad y en todo el planeta. Crisis y cambios que tienen que ver con la esfera de lo político, lo económico, lo religioso, lo cultural, lo social, etc… Crisis de estructuras, crisis en las instituciones y en las organizaciones sociales. Hay crisis y cambios en lo tradicionalmente conocido y establecido… Si algo caracteriza nuestro tiempo es la incertidumbre sobre lo que está por venir…

Nadie, ninguno de nosotros, es ni puede ser un espectador pasivo o o ajeno ante lo que pasa en el escenario de la vida del hombre sobre la tierra. Todos somos corresponsables de la historia que vamos construyendo o destruyendo. Somos profundamente solidarios en el bien y en el mal. Ninguna de nuestras palabras y hechos, de nuestras acciones u omisiones deja de tener repercusiones en la cotidiana tarea humana de construir mejores vidas personales, mejores familias, mejor sociedad y mejor mundo….
Un somero análisis de nuestra presente realidad a nivel micro o macro, a nivel personal, familiar, social, nacional o mundial, nos permite reconocer grandes avances y, al tiempo, enormes y muy graves problemas. 

Los avances tienen que ver, en su mayoría,  con el crecimiento en lo material y financiero, con el mundo del mercado, de la ciencia, de la técnica, de la tecnología y de las telecomunicaciones. Pero, lamentablemente, pareciera que a medida que crecemos en lo material decrecemos en los aspectos morales y espirituales. La evidencia de los acontecimientos cotidianos y noticiosos nos alertan sobre el decrecimiento en el mundo de los valores e ideales profundamente humanos que sustenten y promuevan la construcción de un mundo mejor, más justo, más equitativo, más solidario, más compasivo, más fraterno: un mundo como una gran mesa en el que todos tengan derecho al asiento y al compartir en paz y prosperidad.

Deseo, al comienzo de este año nuevo 2019 que todos hagamos conciencia de la importancia que tienen cada una de nuestras muy personales e individuales intenciones, decisiones acciones u omisiones para la construcción de las estructuras e instituciones sociales. Que entendamos, de una vez por todas, que nuestro ser y quehacer cotidiano no es indiferente al destino de toda la humanidad. Que nuestro aporte y granito de arena cuenta y mucho en las cordilleras de bien y de bienestar que hay que construir en la búsqueda de un mejor presente y mejor mañana para todos. Que, a diario, no somos espectadores sino protagonistas de nuestra propia historia de y de la de nuestros próximos.

Porque si nuestros mayores y más graves problemas y crisis tienen que ver con las estructuras sociales carcomidas por la corrupción, ello se debe a la crisis de los hombres que las crean, conforman y sostienen y, más que eso, a la crisis profunda de valores situada en el interior de cada uno de nosotros mismos: crisis en el espíritu del hombre, de los hombres; crisis en el espíritu humano.

Invito, por tanto, a todos a una evaluación honesta sobre los principios, valores, metas e ideales que rigen nuestras actitudes y acciones. Invito a todos en esta época de un año que termina y otro que viene y que esperamos todos con ilusión, para llenarnos de los mejores anhelos, hacer los mejores votos y obrar en consecuencia para para hacer del 2019 un año de mejores logos en la consecución del bien común y de la paz para todos los hombres y todos los pueblos de la tierra.

Es mucho lo que hemos hecho pero mucho más lo que nos falta por hacer. Nuestra historia y destino está en las manos de cada uno. Y nuestro quehacer y accionar cotidiano dependen de lo que moral y genuinamente somos cada uno de nosotros como personas, de nuestros valores e intereses. Y porque nuestras obras reflejan nuestros valores, deseo que todos los días del 2019 nos revelen a cada uno de nosotros como mejores seres humanos y mejores ciudadanos del mundo. Bien lo dice la canción: “Año nuevo, vida nueva, más alegres lo días serán… “FELIZ y PROSPERO AÑO NUEVO!



sábado, 22 de diciembre de 2018

NAVIDAD: UNA LLAMADA…

CHRIST,MANGER,SHEPARDS



Hay hombres y mujeres cuya vida no podemos ignorar. Simón Bolívar, Juana de Arco, Martin Luther King, Marie Curie, Ghandi, Teresa de Calcuta, Marx, Rosa Parks, Edith Stein...  ¿Qué fue lo que hicieron estos hombres y mujeres para causar el impacto que causaron en la historia de la humanidad? Lo que hicieron fue simplemente vivir e hicieron de su vida una llamada…. Entre ellos hay un hombre que produjo el mayor impacto en la historia de la humanidad: JESUS DE NAZARET. Nos encontramos contando 2018 de historia a partir de su nacimiento en la pequeña aldea de Belén. Este acontecimiento es el que marca las fiestas decembrinas en el mundo. Si hay mensajes, luces, regalos, viajes, vacaciones, estrenos, encuentros familiares, música y fiesta es porque celebramos un aniversario más de su nacimiento.

Diciembre, entonces, le recuerda al mundo el nacimiento de Jesús de Nazaret, pero con la celebración de su nacimiento recordamos, sobre todo, sus grandes aportes a la historia de la humanidad y lo que su vida toda, sus hechos y sus palabras contienen y significan no sólo para sus discípulos, los cristianos de todos los tiempos, sino para todo hombre y mujer de buena voluntad.

Así, en primer lugar, toda la vida y obra de Jesús de Nazaret contiene una propuesta, una invitación para todos los seres humanos para la construcción de un mundo mejor mediante el reconocimiento de que somos hermanos, hijos del mismo Dios, a quien enseñados por Ël podemos llamar Padre bueno, compasivo y misericordioso. Reconocimiento, según el cual, podemos alcanzar la felicidad que todos anhelamos amándonos los unos a los otros, sirviéndonos, perdonándonos, compartiendo, solidarizándonos, tolerándonos, entendiéndonos los unos a los otros. Esta propuesta de AMOR choca contra toda forma de egoísmo, de injusticia, de discriminación, de violencia y de muerte. 

La propuesta de Jesús de Nazaret con todo su mensaje y el testimonio de su misma vida son, permanente, una llamada, una invitación y un desafío al mundo entero por hacer de la existencia en la tierra un espacio-tiempo mejor y más amable para todo hombre y mujer que viene a este mundo.

La celebración de la Navidad, del nacimiento de Jesús de Nazaret, por otra parte, nos recuerda y nos marca a todos un derrotero, un camino, una filosofía de vida, una lógica, unos principios, unos valores, un sentido para la vida que normalmente no es ni nuestro camino ni nuestra lógica. Así, mientras vamos construyendo una vida y una sociedad en la que lo importante es tener, aparentar, disfrutar a costa de lo que sea, cuidarnos y protegernos egoístamente, acaparar, acumular, atropellar y aplastar para escalar, para subir, para trepar... Jesús de Nazaret nos recordará siempre otra lógica, otra dirección para la vida de los hombres en la tierra si queremos ser felices: la lógica del pesebre de Belén, de la humildad, del abajamiento, del desprendimiento, de la donación total de la vida, la lógica del servicio al otro, especialmente al más necesitado, hasta las últimas consecuencias, lógica del perdón, la lógica del amor hasta la cruz…

Finalmente, la celebración de la NAVIDAD también nos recuerda a todos – no sólo a los cristianos – la importancia de lo humano, de lo verdaderamente humano. El significado profundo y cristiano de la Navidad contiene y revela a todos esta verdad: a Dios le importan la humanidad y todo lo profundamente humano. En el niño envuelto en pañales y recostado en el pesebre, en el hombre que predicó en Galilea y que lavó los pies de sus discípulos, en el que curó amando y se dio a todos sin medida, en el que entró en conflicto con las estructuras legales y cultuales de su tiempo porque puso por encima de todo el AMOR hasta morir colgado en un madero,  los cristianos confesamos al Hijo de Dios, en todo semejante al Padre, y reconocemos en Él la suma y perfecta revelación de la divinidad de Dios en su humanidad y el proyecto de hombre que Dios tiene para todo hombre. Entonces desde la primera Navidad, hasta hoy, nada que sea humano nos puede dejar indiferentes. Porque es en lo profundamente humano como Jesús en lo que se revela lo absolutamente divino como Jesús mismo.

Podremos intentar soslayar con mil manifestaciones y términos el significado de la Navidad. En nombre del pluralismo ideológico y del respeto por las mil creencias podremos intentar eludir el significado de la navidad o confundirlo con una fiesta más, con unas vacaciones más durante el año pero no podremos evitar reconocer que la propuesta de la vida y obra de Jesús de Nazaret siguen siendo una llamada, una invitación para la construcción de “un cielo nuevo en una tierra nueva”, para la construcción de una vida personal y social según otra lógica, otra criteriología… según la cual podamos amarnos los unos a los otros en respeto absoluto por la dignidad y los derechos fundamentales de cada ser humano: con amor y respeto absoluto por todo el hombre y por todos los hombres.

Navidad entonces es memoria bimilenaria de lo acontecido en Belén, es un regalo de Dios para el mundo en el niño del pesebre, pero es también y sobre todo una propuesta, una invitación, una llamada, un reto, una tarea, un compromiso… ¡FELIZ NAVIDAD!



jueves, 22 de noviembre de 2018

Agradecer…Para Ser Felices

DAR GRACIAS es una acción que surge de la capacidad que tiene el ser humano de reconocer bondad y belleza en su vida, en su entorno, en los otros, en todo lo que es, en todo lo que tiene y le acontece.

Celebraciones de acción de gracias se han realizado desde siempre en las más diversas comunidades, épocas y culturas de la historia de la humanidad. Aquí, en los Estados Unidos de Norteamérica, todos hemos crecido conociendo y celebrando la gesta histórica según la cual, en los orígenes de esta gran Nación, concretamente en el año 1623 en Plymouth (en el actual Estado de Massachusetts) tuvo lugar un encuentro y una comida de acción de gracias por la buena cosecha. Dado que al principio la colonia de Plymouth no tenía suficiente comida para alimentar a la mitad de los 102 colonos, los nativos de la tribu Wampanoag ayudaron a los peregrinos dándoles semillas y enseñándoles a pescar. La práctica de llevar a cabo un festival de la cosecha como éste no se volvió una tradición regular en Nueva Inglaterra sino hasta finales de la década de 1660.
Esta Nación cuenta entonces, en sus cimientos históricos, con una celebración de ACCIÓN DE GRACIAS que se ha venido conmemorando de generación en generación y que se constituye en la fiesta anual más importante de todas las familias estadounidenses.

Es una celebración, entonces, para hacer memoria de las gestas históricas que dieron origen a la Nación que habitamos, en la que hoy vivimos, amamos, trabajamos, soñamos y esperamos… Pero es, sobre todo, una celebración – como su nombre lo indica – para agradecer, para dar gracias, para aprender a dar gracias, para volver a dar gracias…

La situación actual del hombre en sociedad la define y condiciona una cultura según la cual hay que tener dinero para poder ser parte del mundo del mercado, del mundo de la oferta y la demanda, del materialismo y del consumismo; mundo en el que tienes lo que compras, tienes lo que puedes, lo que mereces, lo que – con tu esfuerzo laboral y económico – logras y obtienes.

En esta visión economicista del ser humano y de la sociedad, se va perdiendo la capacidad de percibir en la existencia humana cotidiana el don de la gratuidad de la vida; se va perdiendo el valor de lo que no se puede ni comprar ni vender, se va perdiendo el valor de los valores inmateriales (el amor, la familia, el encuentro, la solidaridad, la amistad, la bondad, etc.) que son reemplazados por el valor de las cosas y objetos, de  lo tangible, de lo material e inmediato, de lo efímero, de lo desechable y pasajero.

Por ello, el DIA DE ACCION DE GRACIAS vuelve a recordarnos la importancia de la gratitud en la vida del ser humano, la urgencia de ser capaces de nuevo y cada día de reconocer los motivos que tenemos para agradecer y ser felices. Porque el hombre que es capaz de agradecer es un hombre feliz y es feliz aquel que tiene la capacidad de encontrar y reconocer en la vida motivos para ser agradecido.

Pero el DIA DE ACCION DE GRACIAS no es sólo un día para agradecer. También ha de ser un día que nos empuje a construir motivos para continuar agradecidos y agradeciendo. Ha de ser una fiesta nacional en la que todos nos comprometamos a ir construyendo una sociedad en la que todos tengamos motivos para DAR GRACIAS. Dicho de otra manera, ha de ser un día en el que no haya un solo hombre o mujer en los Estados Unidos que no encuentre y no tenga motivos válidos para agradecer, para DAR GRACIAS. Y esto sólo es posible si todos vamos construyendo mejores relaciones interpersonales, mejores relaciones familiares, unas más justas relaciones económicas, más solidarias relaciones políticas, más humanas relaciones culturales, etc.

Deseo que en este día de ACCION DE GRACIAS 2018 todos tengan motivos para agradecer y entre todos vayamos construyendo una Nación en la que ésta, su principal efemérides, la puedan celebrar todos los que aquí habitamos con motivos válidos y condiciones humanas, verdaderas y justas para DAR GRACIAS. ¡Felíz día¡

lunes, 30 de abril de 2018

La reforma del sistema de salud pública y la pérdida del arte de sanar

En 1996, el prestigioso Dr. Bernard Lown —profesor emérito de cardiología en Harvard y fundador del Grupo Cardiovascular Lown, entre otras distinciones— publicó La pérdida del arte de sanar. Este libro puede tener más de 20 años, pero su mensaje es más actual que nunca, y bien podemos asegurar que es más urgente hoy su lectura que en 1996. El New York Times sacó a la luz el mensaje del Dr. Lown al publicar una página de opinión escrita por un interno del Hospital para Mujeres Brigham de Boston, quien encontró al venerable médico siendo tratado por neumonía en ese mismo hospital.

En La pérdida del arte de sanar, el Dr. Lown señala que “los médicos no atienden más a una persona única, sino que se preocupan sólo por partes fragmentadas, enfermas” del cuerpo humano. La relación médico-paciente —el autor se lamentaba entonces, y aún se lamenta hoy— se ha vuelto impersonal, mecánica, remota y fría. En La pérdida del arte de sanar, urgía a recuperar “la tradición de tres mil años que vinculaba al médico y al paciente mediante una afinidad especial de confianza mutua”.

Como médico residente, Rich Joseph escribió en su columna que el Dr. Lown ha convocado a “retornar a las bases de la profesión médica: saber escuchar para conocer al paciente más allá de los síntomas; palparlo con cuidado durante el examen médico para transmitirle atención; usar palabras que reafirmen su vitalidad; y atender las situaciones de estrés de sus circunstancias vitales”.

En 1996, el Dr. Lown dejó en claro que no estaba conforme con el estado de los temas sobre los que había alertado todos esos años, y a los que hoy describe como “la industrialización de la profesión médica”.

Vale la pena citar ampliamente el artículo del Times porque describe deliberada y atinadamente el estado actual de la atención médica en Estados Unidos, tanto en su forma comercial como en la financiada con recursos públicos. El caso ha empeorado últimamente, con el Medicaid tradicional siendo particularmente propenso a una atención médica impersonal y poniendo énfasis en tratamientos transaccionales bajo la modalidad de exámenes y citas superficiales en el consultorio; fórmula que es proclive al desperdicio y al fraude, y que ofrece ninguna o muy pocas oportunidades para establecer un vínculo entre el paciente y el médico.


La Reforma del Sistema de Entrega de Pagos e Incentivos (DSRIP, por sus siglas en inglés) es un enfoque pionero del Medicaid impulsado por el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, y el cual acaba de iniciar su cuarto año de operaciones de su plazo estipulado de cinco años. Su objetivo: reducir en 25 por ciento el uso hospitalario evitable al término de su quinto año, lo cual arrojará ahorros de más de doce mil millones de dólares a los contribuyentes del estado de Nueva York.

Estos datos y cantidades son sorprendentes; pero por muy importantes que sean para el resultado final, en realidad son secundarios. En el corazón de la DSRIP palpita una atención superior, holística de los pacientes del Medicaid, quienes son tratados como seres humanos, no como centros de costos o paquetes de diversos malestares y enfermedades: la atención, precisamente del tipo que insiste el Dr. Lown que se ha desaparecido.

SOMOS Community Care es uno de los 25 miembros del llamado Sistema de Proveedores de Desempeño (PPS, por sus siglas en inglés) del estado de Nueva York, y el cual es financiado por la DSRIP. Para poder calificar para el máximo financiamiento, cada miembro del PPS debe ajustarse a estrictas fechas de entrega, proporcionar ciertos niveles de atención médica y cumplir normas cruciales, todo lo cual conduce, en última instancia, a esa impresionante reducción en el número de hospitalizaciones. La DSRIP se basa en la fórmula del Pago Basado en el Valor Real (VBP, por sus siglas en inglés) o en el pago-por-desempeño. Esto significa que a los médicos y a otros proveedores no se les remunera conforme a los exámenes realizados o a las consultas efectuadas, sino con base en los resultados del estado de salud de sus pacientes en el largo plazo. Si sus pacientes se mantienen sanos, sus médicos ganan más. Así de sencillo.

El VBP, sin embargo, es un medio, no un fin en sí mismo. La atención médica basada en el valor real significa que a los médicos se les recompensa y reconoce en la misma medida que atiendan más estrechamente a sus pacientes. Una mejor atención —para citar al Dr. Lown de nuevo— depende del desarrollo de esa “afinidad de confianza mutua” entre el doctor y su paciente. Un vínculo de esta naturaleza requiere que los médicos hagan un esfuerzo genuino para llegar a conocer realmente a sus paciente, lo cual precisa tiempo, energía y recursos.

Ofrecer una auténtica atención médica superior significa que los médicos y su personal deben realizar un esfuerzo extraordinario, no sólo para evaluar integralmente la salud física del paciente, así como su salud mental; sino también para conocer a su familia, las condiciones de vida de la familia, y tomar conciencia de los factores ambientales y sociales que afectan la vida de ese hogar: los llamados determinantes sociales de la salud, mismos que el Dr. Lown describe sucintamente como “las situaciones de estrés de las circunstancias vitales [del paciente]”. Sólo por medio de esta modalidad intensiva, paciente, persistente y exigente, los médicos pueden convertirse de nuevo en sanadores genuinos, confidentes de los pacientes, y al mismo tiempo en líderes confiables y admirables de su comunidad.

SOMOS Community Care es un caso único entre los 25 miembros del PPS de Nueva York, toda vez que ofrece servicios a los residentes más pobres de la Ciudad de Nueva York a través de una red de médicos independientes. Los demás proveedores del PPS operan desde hospitales, casi todos en enormes sistemas corporativos, donde es más difícil establecer un encuentro personal y genuino con los pacientes. SOMOS apoya a sus médicos mediante un equipo de Trabajadores Comunitarios de la Salud (CHWs, por sus siglas en inglés), quienes se encargan de capacitar al personal administrativo en el registro digital de las prácticas médicas —liberando así al doctor para que se dedique de tiempo completo a sus pacientes—, y quienes efectúan visitas médicas a domicilio de ser necesario, para asegurarse de que las prescripciones y los regímenes médicos se cumplen realmente, retroalimentando así a los médicos con información vital sobre las condiciones domésticas de los pacientes.

En suma, SOMOS se esfuerza actualmente en reivindicar al médico de cabecera de antaño, convirtiéndolo de nuevo en una figura familiar y confiable dentro del barrio. En muchos casos, nuestros médicos viven y trabajan en las mismas comunidades de sus pacientes, y a menudo comparten con ellos sus raíces étnicas. La competencia y sensibilidad cultural, de hecho, es el sello distintivo de la fórmula VBP de la DSRIP.

Es necesario enfatizar que más de 2,000 médicos, en su mayoría miembros de Asociaciones de Práctica Independiente, se han comprometido a formular su relación con la DSRIP. La anterior fórmula del Medicaid fijaba un nivel de ingresos predecible y seguro. El modelo de pago-por-desempeño, en contraste, significa que los médicos deben esforzarse más para ofrecer una atención médica superior, a fin de poder obtener una remuneración mayor. Al igual que los microempresarios, nuestros médicos se arriesgan de verdad, y merecen el mayor reconocimiento por ceñirse al llamado de su vocación profesional en una modalidad que de ninguna manera está exenta de riesgos.

La atención médica basada en el valor real es la nueva ola de la reforma del sistema de salud pública; si ofrecerá una atención médica superior es gracias, en parte, a su énfasis en la medicina preventiva. Esto se traduce en costos médicos menores al mantener más sanas a las personas, lejos de los hospitales, etc. Por ello, tendría mucho sentido que los responsables de las políticas en esta materia comenzaran a analizar con mayor acuciosidad la atención médica basada en el valor real y a considerar la posibilidad de financiar los esfuerzos de las Asociaciones de Prácticas Independientes. Esto permitiría que el médico independiente tenga éxito como emprendedor bajo el régimen del VBP al proporcionar atención médica realmente personalizada, cuya calidad depende de esa “afinidad de confianza mutua” entre el médico y el paciente. Este sería un complemento mucho más necesario a la financiación masiva de los sistemas hospitalarios, inevitablemente más impersonales, que actualmente dominan el ámbito de la salud financiado con fondos públicos.

En cuanto a SOMOS, actualmente allanamos el terreno para poder sobrevivir más allá del plazo obligatorio de la DSRIP, mismo que concluye el 31 de marzo de 2020. SOMOS Community Care seguirá funcionando como una entidad comercial. Nuestra experiencia al día de hoy nos ha infundido la confianza necesaria para desarrollarnos bajo la fórmula VBP y, por eso, estamos preparados para, literal y figuradamente, ¡depositar allí nuestro futuro!




lunes, 23 de abril de 2018

¡POR LOS MIGRANTES DEL MUNDO ENTERO!

El fenómeno de las migraciones humanas es uno de los fenómenos más complejos, masivos, globales y la mayor causa sufrimiento, de dramas y problemas humanos que vive hoy la humanidad. Es un fenómeno muy complejo pues en el convergen y se suman todos los desafíos no resueltos que tiene la humanidad para hacer de este mundo un planeta más humano, más justo y más solidario: la corrupción administrativa y gubernamental en distintos países, la inequidad social, la injusticia social, las mil formas de violencia y de muerte, epidemias, hambrunas, intolerancia, racismo, distintas formas de discriminación, etc.

Las cifras y las dimensiones del fenómeno migratorio a nivel mundial trascienden ya todas las fronteras, las razas, los credos, las culturas, las ideologías y se instaló – dicho fenómeno migratorio - en la experiencia del diario vivir en la tierra con sus dimensiones dantescas, infrahumanas, apocalípticas en el sufrimiento que padecen los hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos que – por las más variadas razones – tienen que dejar sus orígenes para buscar un mejor futuro próximo en otros territorios, en territorios extraños y, muchas veces, franca y definitivamente hostiles. 

El fenómeno de grandes masas de migración humana a todos nos afecta. La humanidad entera es solidaria en el bien y en el mal que vamos construyendo todos para todos. Sin embargo, es un fenómeno cuyas soluciones de raíz se van aplazando indolente e indefinidamente porque todos, gobernantes y ciudadanos del mundo, preferimos evadirlo…

Quienes protagonizan directamente el fenómeno migratorio son – en su inmensa mayoría – hombres y mujeres que se encuentran en la vergonzosa franja social que padecen, como víctimas, lo que el Papa Francisco está llamando “la cultura del descarte”, o de “lo desechable”. Es decir, hombres y mujeres a los que habiéndoseles empobrecido porque se les han negado toda clase de accesos y oportunidades sociales luego son “descartados” por no ser importantes en el engranaje económicamente productivo de este mundo globalizado.

Las causas de este doloroso y masivo fenómeno migratorio son variopintas y van desde la búsqueda de mejores condiciones de vida económica, hasta desplazamientos forzosos por causas de tipo político, religioso o por el acoso de distintas formas de violencia en los países de origen.

Ejemplos de este fenómeno en la actualidad son las enormes masas de población migrante que se desplazan – muchas veces a costa de la propia vida – de África hacia Europa, de Siria e Irak hacia Europa, del mundo entero y de América Latina hacia los Estados Unidos, etc.

Este es un problema complejo y mundial, masivo y global, que nos atañe, afecta e involucra a todos y al que habría que responder atacando las causas y ejecutando soluciones de igual magnitud y complejidad: en los países de origen, en el doble padecimiento de quienes emigran (el sufrimiento del desarraigo – por una parte – y la no bienvenida – por otra parte - en los territorios donde intentan llegar a rehacer sus vidas); además de las soluciones que piden con urgencia los nuevos problemas que se crean y ocasionan en los lugares de destino o países receptores de los grandes movimientos de migración humana.

Hasta hoy, a este fenómeno tan característico, protuberante, dramático, de tantas aristas humanas y sociales y de tantas urgencias en el mundo de hoy se responde con indolencia, con indiferencia, sin darle prioridad en los planes y programas gubernamentales, con muros, con barreras, con intolerancia y sin atacar las primeras causas: la ineficacia y corrupción administrativa, la injusticia social y la inequidad en la distribución de recursos, bienes, servicios y oportunidades sociales que obligan a tantos millones a emigrar y que, por otra parte, convierte – esa misma inequidad y al mismo tiempo – a algunos lugares de la tierra en polos de atracción para los desplazados y desterrados de todos los días y de todos los rincones de la tierra.

Ni los políticos de turno de cada país de partida de las grandes masas migratorias (envueltos casi siempre en enormes fenómenos de corrupción), ni los centros de llegada, ni los organismos internacionales creados con vocación humanitaria global (Unión Europea (UE), Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus Departamentos (FAO, OMS, OIT, etc) , Fondo Monetario Internacional (FMI) Banco Mundial, etc…) resuelven de manera efectiva con fórmulas humanitarias – y no guerreristas y militares – el fenómeno migratorio actual. Urgen, por tanto, soluciones que devuelvan a todos los afectados y de manera urgente, su dignidad de personas, con programas no asistencialistas sino de promoción y desarrollo humano sostenible.

Urge, además, que las instituciones e iglesias de las más variadas doctrinas y denominaciones religiosas presten a la humanidad, especialmente ante este fenómeno de tanto sufrimiento humano, su servicio y tarea profética. Que los líderes religiosos anuncien y denuncien todo cuanto en este fenómeno – como en otros – menoscaba la dignidad humana e impide la realización digna y humana – individual y socialmente - de todos los hombres y mujeres afectados. Lo contrario, se convierte en un silencio cómplice de la indiferencia de todos los estamentos y sectores de la humanidad.

Que podamos construir un mundo como una gran mesa para todos, donde todos tienen igual cabida y donde todos - solidariamente – nos respetamos y compartimos espacios de vida abundante es una tarea que nos convoca a todos. Al mismo tiempo, el fracaso en la construcción de un mundo más justo, más humano y solidario es una derrota que nos afecta a todos y que a todos nos llena de vergüenza. Es poco lo que hemos hecho y es muchísimo más lo que nos queda por hacer, especialmente en lo tocante a la dolorosa experiencia de nuestros hermanos migrantes del mundo entero.



domingo, 1 de abril de 2018

Pascua: Vida nueva y abundante para todos

Por estos días, el mundo católico se apresta a celebrar la solemnidad más importante del año litúrgico: LA PASCUA de la RESURRECCION DE JESUCRISTO.

Y pretendo en estas líneas, reflexionar con ustedes, sobre dos aspectos y significados muy importantes que tiene esta fiesta para la humanidad entera, para el mundo cristiano y concretamente para nuestra sociedad norteamericana.

En primer, la confesión de fe en la Resurrección de Cristo tiene sustrato histórico en la transformación de vida que experimentaron unos hombres y mujeres – primeros cristianos – quienes se reconocieron y confesaron a sí mismos y para los demás, como hombres y mujeres NUEVOS, con una mentalidad renovada, capaces ahora de entender todo el proyecto de vida de Jesús de Nazaret y de vivirlo, de ponerlo en práctica, con una NUEVA visión de Dios, del mundo, del otro.

Unos discípulos que habían acompañado a Jesús en sus correrías y tarea predicadora, que fueron sus primeros testigos, sus íntimos, pero que torpemente no lo entendieron, lo negaron, traicionaron y abandonaron, salen ahora por el mundo – hace ya dos mil años – proclamando que Cristo vive y vive en ellos porque les cambió, les renovó, les transformó sus vidas. Ahora viven en plenitud el mandamiento del amor, en el reconocimiento de que son hermanos, hijos del mismo Padre del cielo, tal y como Jesús había vivido y les había enseñado.

¡Cuánta falta tenemos todos, todos los días de renovarnos, de cambiar, de mejorar personal e individualmente como seres humanos, de transformarnos, de PASAR – precisamente eso es lo que significa la palabra PASCUA en hebrero “PASO” – de nuestros resentimientos, temores, pequeños o grandes odios, diferencias, intolerancias, discriminaciones, rencillas, divisiones, formas de violencia y de muerte a formas nuevas de comprender y de vivir la vida, nuevas, renovadas y transformadas formas de relacionarnos los unos con los otros, para hacer posible una convivencia si no fraterna al menos mínimamente humana y civilizada!

El primer significado de la Pascua cristiana para todos es VIDA NUEVA. ¡Y cuánta aplicabilidad, y cuánta urgencia y cuán necesario este mensaje de la Pascua cristiana para nuestra sociedad estadounidense, aquí y ahora!

Nos circundan y angustian mil formas de violencia y de muerte en los hogares, en las calles y en las escuelas, nos agobia el desempleo y el futuro próximo, enfermedades e incertidumbre política, el uso de drogas en los jóvenes y el enorme número de familias destrozadas, la pérdida o la mutación de los valores tradicionales por la primacía del tener sobre el ser, la búsqueda del placer y del poder a toda costa, sin importar los medios y como fin último de la existencia humana, etc…

Este panorama que va tornando irrespirable cada vida humana individual y la existencia y convivencia de todos en sociedad, clama – con urgencia – por una transformación, un cambio, una “metanoia”, una VIDA NUEVA, personas transformadas para la re-construcción de instituciones renovadas, más justas, más solidarias, más humanas.

En segundo lugar, e inseparable del primer aspecto ya subrayado, la confesión de la Resurrección de Jesús significa un triunfo de la VIDA sobre la muerte, un PASO del fracaso a la victoria. Así, PASCUA es sinónimo de “abundancia de vida” y de la vida como palabra final sobre el destino del hombre, de todo hombre que viene a este mundo.

Los males anteriormente enlistados y muchos más, que como individuos y sociedad nos aquejan y angustian a diario, piden que cada uno de nosotros, pasando de lo malo a lo bueno, de lo inhumano a lo humano, de lo perfectible a lo mejor, de la mentira a la verdad, de los errores a la honestidad, de lo torcido a la rectitud en la conciencia, en las palabras y en los hechos, vayamos construyendo – mediante ese PASO, esa transformación, esa novedad en nuestras vidas, unos espacios sociales de VIDA ABUNDANTE. Vida abundante que, en nuestra Nación, se manifieste en el mundo de las leyes y de la política, en el mundo de la economía y de las relaciones inter-comunitarias e inter-personales, en el mundo del arte y de las ciencias, en el ejercicio de nuestras profesiones y de nuestros quehaceres cotidianos, en el mundo del entretenimiento, la recreación y el deporte, en nuestras experiencias religiosas, etc.

Nuestra sociedad, orgullosa de tantas conquistas materiales al interior de los Estados Unidos y en el mundo entero, escenario de tantos logros y motivo de tanta esperanza para tantos que llegaron o sueñan con llegar aquí, está – al mismo tiempo – transida de dolores, por sueños incumplidos, por anhelos truncados, por ilusiones rotas, por mil dolores, sufrimientos y formas de vida injustas e inhumanas que exigen de nosotros VIDAS NUEVAS para la VIDA ABUNDANTE, próspera, plena, feliz, que todos esperamos.

Que PASCUA sea, entonces, todos los días. ¡Que todos los días PASEMOS de lo viejo a lo nuevo y de escasas, mezquinas y precarias formas de vida a la VIDA ABUNDANTE!


domingo, 25 de marzo de 2018

El audaz nuevo mundo de la salud digital también necesita un toque personal del médico.

EL MES PASADO, dos publicaciones de primer nivel le dedicaron una significativa cobertura a la creciente e incesante tendencia mundial hacia la telemedicina y a otras formas digitales de medir, registrar y responder a las necesidades individuales de salud, todas ellas diseñadas en pro de la conveniencia, la exactitud y la reducción de costos. The Economist (3 de febrero de 2018) intituló su análisis noticioso “El médico te da la bienvenida: se aproxima una revolución digital en los servicios de salud”. Por su parte, The Wall Street Journal (25 de febrero de 2018), publicó un extenso artículo sobre “Cómo lucen los hospitales del futuro”; en el sub-encabezado se lee: “Las instituciones que conocemos, además de estar en expansión, sufren un cambio radical, al hacerse más pequeñas y digitalizadas, so pena de desaparecer por completo. El resultado debe ser una mejor atención médica y más económica”.

Abunda el optimismo. Y, sí, hay muchas razones para ello. The Economist observa que el “problema fundamental con el sistema actual es que los pacientes carecen de conocimiento y de control” con respecto a las opciones de su enfermedad o tratamiento; “el acceso a la información puede atender ambas carencias”, asegura el artículo.

Hay una auténtica explosión de aparatos portátiles para medir la presión arterial, por ejemplo; otros pueden detectar irregularidades en el ritmo cardiaco, mientras que otras aplicaciones se desarrollan para detectar —con el auxilio de la inteligencia artificial— cáncer de piel y otras enfermedades que ponen en riesgo la vida seriamente, aun en etapas tempranas, cuando aún no se manifiestan de manera obvia, visible o dramática. Un sistema digital de alerta temprana puede propiciar que las personas busquen atención médica para adoptar las medidas preventivas pertinentes.

La atención de los ancianos puede mejorarse enormemente gracias al uso de aparatos portátiles, pues estos son capaces, no sólo de medir los signos vitales, sino de detectar caídas y enviar señales de alarma a determinadas estaciones de monitoreo centralizado. Estas estaciones, por su parte, pueden enviarles ayuda de emergencia a los propios pacientes o alertar a sus familiares para que los lleven al médico. De manera similar, los pacientes de todas las edades pueden contar ahora con información relativa a factores médicos críticos, como la diabetes, y esos datos se envían automáticamente a las computadoras de sus médicos, generando así instrucciones correctivas inmediatas o, de ser necesario, canalizándolos a los consultorios de sus médicos. No es de sorprender, por ello, que Apple haya anunciado su plan de solicitarles a las organizaciones de salud que les permitan a los usuarios de iPhone descargar sus registros médicos.

Ciertamente, estas innovaciones les conceden a los pacientes una mayor autonomía en la toma de decisiones médicas, al tiempo que funcionan como salvavidas que detectan errores potenciales en los registros médicos a causa de lo cual podrían prescribirse tratamientos inapropiados o innecesarios. Sobre todo, esta revolución digital permitirá ahorrar miles de millones de dólares en consultas médicas innecesarias —o que no serían ya necesarias— y en la aplicación de distintas pruebas médicas.

En cuanto a los hospitales —señala el Journal—, estas instituciones también desarrollan actualmente sistemas de monitoreo que pueden reducir significativamente el tiempo que los pacientes pasan en los hospitales o en las salas de urgencia, pues se los podría observar en sus propias casas mediante una cámara digital remota; pero debe insistirse en que el objetivo es la atención preventiva: detectar y atender las enfermedades antes de que se nos salgan de las manos. Según algunas estimaciones, hasta un 30 por ciento de la atención que se proporciona tradicionalmente en los hospitales puede suministrarse en casa.

Cada vez con mayor frecuencia, a la sombra de la proliferación de las clínicas que atienden sin necesidad de cita previa, los grandes hospitales coexistirán con “micro-hospitales”, los cuales habrán de funcionar como “unidades de cuidados intensivos, donde los pacientes podrán obtener atención médica altamente especializada y técnica”.  Por su parte, los pacientes cuyas enfermedades puedan monitorearse con toda seguridad a distancia, podrán convalecer y recuperarse en sus propias casas. Los médicos que cuenten con distintos niveles de especialización operarán “oficinas centrales” para monitorear tanto los casos agudos en los micro-hospitales como los casos menos graves en las casas de los pacientes.

Kenneth L. Davis, presidente ejecutivo del Hospital Mount Sinai es citado ahí de la siguiente manera: “Necesitamos un nuevo modelo de atención médica que se enfoque en el bienestar y en la prevención que permitan mantener a las personas lejos de los hospitales”. Así, se avizoran grandes ahorros y una mayor comodidad para los pacientes.

Tal como señala The Economist, “los beneficios de las nuevas tecnologías” —como los aparatos portátiles y los registros médicos descargables— “suelen fluir hacia los más ricos de manera desproporcionada. Sin embargo, el gobierno y las compañías de seguros tienen ahora un incentivo para permitir que esa tecnología y esas opciones de tratamiento doméstico y autónomo lleguen a los segmentos poblacionales más desprotegidos. Alphabet, la compañía matriz de Google, tiene planes de poder revisar los datos médicos en las zonas más pobres de las ciudades, donde muchos residentes están cubiertos por Medicaid.    

La innovación tecnológica de frontera al servicio de los más pobres es también el sello distintivo de la Reforma del Sistema de Pagos e Incentivos por Desempeño (DSRIP, por sus siglas en inglés). La DSRIP, un programa de cinco años que ahora está en su tercer año de operaciones les ofrece atención médica de calidad a los pacientes del Medicaid, logrando así ahorros (¡de más de $12 mil millones de dólares!) a los contribuyentes estatales. La DSRIP está en vías de superar el objetivo de reducir las hospitalizaciones innecesarias hasta en un 25 por ciento para la primavera de 2020. Este programa se sustenta en el modelo de Pago Basado en el Valor Real (VPB, por sus siglas en inglés) o el Pago por Desempeño: los médicos son remunerados, no con base en el número de consultas o pruebas que realizan, sino en el estado de salud de sus pacientes en el largo plazo. (En este sentido, es alentador que el gobierno haya creado el Comité Asesor del Modelo de Pago Basado en el Médico, con la posibilidad real de extender los modelos de VBP al Medicare).  

Los Registros Médicos Electrónicos (EHR, por sus siglas en inglés) desempeñan un papel central en el diseño de la DSRIP; para que el Departamento de Salud del Estado de Nueva York pueda monitorear la salud de la población, la información de los EHR se integra transversalmente con las solicitudes de Medicaid a fin de tener, así, un panorama más claro del estado de salud de las comunidades más grandes. De la misma manera que en el universo comercial dominado por las aseguradoras privadas que refieren The Economist y The Wall Street Journal, los EHRs de cada paciente dentro de la DSRIP deben generarse, mantenerse y actualizarse de manera constante y minuciosa. Por lo general, este proceso requiere una gran cantidad de tiempo por parte de los médicos, quienes quedan así adheridos a los monitores de sus computadoras, en lugar de concentrarse en el paciente que tienten frente a ellos.

En suma, la vital relación personal entre el médico y su paciente, entre el médico y la familia del paciente, tiene muy pocas probabilidades de establecerse. El toque personal, el encuentro humano que constituye la base de una auténtica relación paciente-médico, se esfuma. Obviamente, esto resulta verdadero para todas las formas de monitoreo remoto de la salud del paciente, sin importar lo precisas o eficientes que sean.

En SOMOS Community Care hemos creado una solución para este problema; SOMOS es el único miembro conformado por una red de médicos independientes dentro del llamado Sistema de Desempeño de Proveedores (PPS, por sus siglas en inglés), el cual fue constituido por instrucciones de la propia DSRIP; los otros 24 proveedores del PPS tienen su base en grandes hospitales. Con el fin de liberar a nuestros médicos de las exigencias operativas de los registros médicos, hemos creado equipos de Trabajadores Comunitarios de la Salud (CHW, por sus siglas en inglés) para para registrar los datos de cada paciente o para entrenar al personal de los consultorios para que lo hagan ellos por su cuenta.

Como resultado, el médico —quien suele vivir en las mismas comunidades con las que comparte antecedentes étnicos y culturales— es liberado para que pueda atender a los pacientes que se le presenten; aún más: los CHW realizan consultas a domicilio, de ser necesario, para asegurarse de que los pacientes cumplan las prescripciones médicas y de que los médicos estén al tanto de las condiciones familiares y habitacionales que podrían influir en la salud de los pacientes y de sus familias.

En este sentido, nuestros médicos asumen a cabalidad el antiguo rol de los médicos de cabecera: auténticos líderes comunitarios en quienes los pacientes confían plenamente, de quienes obtienen su total discreción y por quienes son realmente comprendidos y conocidos. Esta novedosa reivindicación del médico familiar aprovecha en su totalidad la actual revolución digital del sistema de salud, pero sin sacrificar lo que siempre ha sido esencial para el bienestar de todo ser humano: literalmente, el toque personal, sanador. Mismo que no puede transmitirse de manera digital, sin importar lo sofisticada que llegue a ser la tecnología.


martes, 6 de marzo de 2018

Un lustro con el Papa Francisco

Tras la histórica y sorprendente decisión de renuncia al Pontificado que el entonces Papa – hoy emérito – Benedicto XVI le presentó al mundo y a la Iglesia Católica el 11 de febrero de 2013, se sucedieron el Cónclave para la elección del nuevo Papa de la Iglesia y la inauguración del nuevo Pontificado. Esta vez en cabeza de un Cardenal y Jesuita Latinoamericano llamado Jorge Mario Bergoglio, procedente de Argentina y quien, escogió el nombre de Francisco, como enseña de lo que sería, en adelante, su ministerio petrino y en homenaje del santo pobre de los pobres de Asís. 

Este próximo 13 de marzo se cumplirán, entonces, los cinco primeros años de la elección como Papa de Francisco y el 19 de marzo de 2018 los cinco años de la solemne inauguración del Pontificado del primer Papa Jesuita y Latinoamericano de la ya bimilenaria historia del papado en la Iglesia.

Han sido para la Iglesia y el mundo, quién lo duda, cinco años densos, llenos de sorpresas, de novedad, de remozamiento y de frescura. Cinco años en los que se han concretado los aires –también frescos – para la Iglesia y el mundo con los que soñaba el Papa Juan XXIII cuando sabia y felizmente convocó aquel 25 de enero de 1959 la celebración del Concilio Ecuménico Vaticano II. Aires frescos y de renovación para la Iglesia que nos han llegado con el ministerio del Papa Francisco gracias a su estilo. Porque como dijera el filósofo griego Protágoras: “El estilo es el hombre”. Y el estilo que Francisco le ha imprimido a su Pontificado tiene que ver con la esencia de su propia humanidad, de su vida cristiana, sacerdotal y jesuítica,  que me gustaría poder resumir en tres palabras: cercanía, humildad y misericordia. Mejor todavía, en una frase: el pontificado de Francisco ha sido un ministerio cercano, humilde y compasivo.

Cercano a las realidades que él mismo llama realidades periféricas tanto geográficas como existenciales de la humanidad, de la sociedad entera y de la mismísima comunidad eclesial. Realidades periféricas en las que viven y padecen los más necesitados de la luz del evangelio y del amor compasivo y misericordioso de Dios; amor del que deben ser portadores los discípulos de Cristo en Iglesia para todos los discriminados de mil maneras por credos, razas, procedencias, condición sexual, pobres entre los pobres, marginados, rechazados, empobrecidos, migrantes, divorciados, etc. Cercanía a las realidades de todos los hombres y mujeres del mundo con la que el Papa Francisco concretiza la nota de  catolicidad o universalidad de la Iglesia. Cercanía que, en Francisco, se convierte en diálogo y apertura a las realidades de todo el hombre y de todos los hombres.

Humilde, sencillo, transparente, abierto, franco, coherente, amigo. Así es la personalidad del hombre Jorge Mario Bergoglio y así vive y se manifiesta en todos sus hechos y palabras el Papa Francisco. Son muchos los gestos novedosos, austeros, refrescantes, inquietantes, proféticos y llenos de alegre y humilde significado evangélico que ha realizado Francisco a lo largo de este lustro al frente de la barca de Pedro. Gestos con los que – coherentenmente – acompaña su discurso: su reconocimiento como pecador y el reconocimiento permanente de los pecados de la Iglesia, su insistente petición para que recemos por él, el cambio de vivienda, el auto en el que se desplaza, su cercanía a enfermos y encarcelados lavando los pies en jueves santo, sus vestiduras y ornamentos, su presentación como el obispo de Roma, su reivindicación como un hombre del común y del pueblo, etc. Humilde cercanía reconocida por el mundo entero y plasmada  en cientos de portadas de las más importantes revistas del mundo.

Misericordioso: si algo caracteriza la revelación que del amor de Dios por el hombre hace Jesús de Nazaret es la compasión y la misericordia. Si algo caracteriza el ejercicio del ministerio de Pedro en el Papa Francisco es su insistencia y presencia misericordiosa en todos sus gestos y en toda su predicación. Tan característica es la misericordia en la vida y obra de Francisco que para celebrar los cincuenta años de la clausura del Concilio Vaticano II convocó a toda la Iglesia el 13 de marzo de 2015 a la celebración de un Año Santo extraordinario y Jubileo de la Misericordia.

Personalidad y cercanía humilde y compasiva que no le impide ni le resta autoridad, sabiduría, fuerza, determinación y coraje para liderar y enfrentar profundas reformas que urgen en el seno mismo de la Curia Vaticana y de la Iglesia Católica.

Esta cercanía humilde y compasiva de Francisco queda, por supuesto, plasmada y manifiesta en todas las obras de su Pontificado. Obras bien resumidas, en sus cientos de discursos, cartas, homilías, etc., y especialmente, en sus viajes pastorales y en sus documentos, entre los cuales sobresalen:

Las Cartas Encíclicas:
  • Laudato si (sobre el cuidado de la casa común) y 
  • Lumen Fidei (sobre la luz dela fe) y

Las Exhortaciones Apostólicas:
  • Amoris Laetitia (sobre el amor en la familia) y 
  • Evangelii Gaudium (sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual). 

No queda sino:
  • Celebrar y congratularnos, con enorme alegría y gozo cristiano, por las bendiciones que para el mundo y la Iglesia han significado estos cinco años de Pontificado de Francisco.
  • Pedir que sean muchos los años por venir en los que – al frente de la Iglesia – nos acompañe Francisco con su cercanía humilde y compasiva. 
  • Responder a su constante petición de rezar por él, para que Dios le conceda sabiduría, salud y fortaleza en su ministerio petrino. 
  • Seguirlo, escucharlo y procurar imitarlo en la autenticidad de su vida cristiana.

Y para bien de la Iglesia y del mundo: ¡AD MULTOS ANNOS PAPA FRANCISCO!





sábado, 27 de enero de 2018

Papa Francisco en Chile

Treinta años después del viaje pastoral del Papa San Juan Pablo II a Chile, el actual Papa Francisco emprendió su sexta visita a América Latina, esta vez visitando a Chile y Perú (entre el 15 y el 22 de enero pasados) y en circunstancias históricas, sociales y políticas distintas y siempre cambiantes, claro está. En aquella oportunidad, por ejemplo, Chile – 1987 - estaba bajo el régimen militar y dictatorial de Pinochet, hoy viviendo un régimen de gobierno democrático.

Según su misión y estilo, el papa Francisco, para iluminar las mentes y los corazones de hombres y mujeres de buena voluntad, confirmar y animar la fe de los católicos, y ayudar a esclarecer – a la luz del Evangelio de Jesucristo – problemas de hoy, de los hombres y los pueblos por él visitados, presentó la Buena Nueva de Jesús con categorías actuales, muy próximas y muy cercanas al sentir y a las experiencias y urgencias más hondas, más íntimas y más actuales de la vida de cada auditorio.

Con emoción de Católico y con el orgullo de ser chileno, con la alegría fresca del encuentro con Francisco y con gratitud a Dios por el privilegio de haber estado presente en este Viaje Apostólico como invitado especial por el gobierno chileno y la iglesia, permítanme subrayar aquí, a modo de una apretada síntesis, los pensamientos, los temas e ideas-fuertes y los momentos más importantes, en los discursos dirigidos por el Papa Francisco al Pueblo Chileno, transcribiendo sus mismísimas palabras para conservarlas – tal cual fueron pronunciadas, sin interpretarlas ni cambiarlas, para nuestra reflexión y vida cristiana.

En el ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES, LA SOCIEDAD CIVIL Y EL CUERPO DIPLOMÁTICO en el Palacio de la Moneda en Santiago de Chile el Martes, 16 de enero de 2018 el Papa recordó a todos los Chilenos el reto que debe animar los días de esta Nación en su presente y futuro próximo: “…un reto grande y apasionante: seguir trabajando para que la democracia y el sueño de sus mayores, más allá de sus aspectos formales, sea de verdad lugar de encuentro para todos. Que sea un lugar en el que todos, sin excepción, se sientan convocados a construir casa, familia y nación. Un lugar, una casa, una familia, llamada Chile: generoso, acogedor, que ama su historia, que trabaja por su presente de convivencia y mira con esperanza al futuro. Nos hace bien recordar aquí las palabras de san Alberto Hurtado: «Una Nación, más que por sus fronteras, más que su tierra, sus cordilleras, sus mares, más que su lengua o sus tradiciones, es una misión a cumplir. Es futuro. Y ese futuro se juega, en gran parte, en la capacidad de escuchar que tengan su pueblo y sus autoridades.” Y añadió el Papa: Escuchar especialmente
  • A LOS PARADOS, que no pueden sustentar el presente y menos el futuro de sus familias; 
  • A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, frecuentemente olvidados y cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada, para que no se pierda parte de la identidad y riqueza de esta nación. 
  • A LOS MIGRANTES, que llaman a las puertas de este país en busca de mejora y, a su vez, con la fuerza y la esperanza de querer construir un futuro mejor para todos. 
  • A LOS JÓVENES, en su afán de tener más oportunidades, especialmente en el plano educativo y, así, sentirse protagonistas del Chile que sueñan, protegiéndolos activamente del flagelo de la droga que les cobra lo mejor de sus vidas. 
  • A LOS ANCIANOS, con su sabiduría tan necesaria y su fragilidad a cuestas. No los podemos abandonar. 
  • A LOS NIÑOS, que se asoman al mundo con sus ojos llenos de asombro e inocencia y esperan de nosotros respuestas reales para un futuro de dignidad. Y en este momento de su intervención, el Papa Francisco añadió una petición de perdón muy justa, necesaria y muy esperada por el Pueblo Chileno en esta Visita Apostólica: “Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza, vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia. Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir.”

En la Homilía de la Celebración Eucarística POR LA PAZ Y LA JUSTICIA en el Parque O’Higgins de Santiago de Chile el Martes, 16 de enero de 2018 nos recordó que “las bienaventuranzas no nacen de actitudes criticonas ni de la «palabrería barata» de aquellos que creen saberlo todo pero no se quieren comprometer con nada ni con nadie, y terminan así bloqueando toda posibilidad de generar procesos de transformación y reconstrucción en nuestras comunidades, en nuestras vidas. Las bienaventuranzas nacen del corazón misericordioso que no se cansa de esperar. Y experimenta que la esperanza «es el nuevo día, la extirpación de una inmovilidad, el sacudimiento de una postración negativa» (Pablo Neruda, El habitante y su esperanza, 5) y añadió que “construir la paz es un proceso que nos convoca y estimula nuestra creatividad para gestar relaciones capaces de ver en mi vecino no a un extraño, a un desconocido, sino a un hijo de esta tierra.”

Durante su breve VISITA A CENTRO PENITENCIARIO FEMENINO de Santiago, el Santo Padre recordó a las reclusas que “estar privadas de la libertad, no es sinónimo de pérdida de sueños y de esperanzas... Ser privado de la libertad no es lo mismo que el estar privado de la dignidad… Nadie puede ser privado de la dignidad.” Y además dijo que “la seguridad pública no hay que reducirla sólo a medidas de mayor control sino, y sobre todo, edificarla con medidas de prevención, con trabajo, educación y mayor comunidad.”

El mismo día martes 16 de enero y en el ENCUENTRO CON LOS SACERDOTES, RELIGIOSOS/AS, CONSAGRADOS/AS Y SEMINARISTAS en la Catedral de Santiago, los alentó a “renovar nuestro sí, con ganas, con pasión pero (de manera) realista, porque está apoyado en la mirada de Jesús”. Los invitó a orar diciendo “ La Iglesia que yo amo es la Santa Iglesia de todos los días… la tuya, la mía, la Santa Iglesia de todos los días... Jesucristo, el Evangelio, el pan, la eucaristía, el Cuerpo de Cristo humilde cada día. Con rostros de pobres y rostros de hombres y mujeres que cantaban, que luchaban, que sufrían. La Santa Iglesia de todos los días». Y terminó su intervención preguntándoles: “¿Cómo es la Iglesia que tú amas? ¿Amas a esta Iglesia herida que encuentra vida en las llagas de Jesús?

En el ENCUENTRO y SALUDO DEL PAPA CON LOS OBISPOS DE CHILE en la Sacristía de la Catedral de Santiago, les dijo que “la falta de conciencia de pertenecer al Pueblo fiel de Dios como servidores, y no como dueños, nos puede llevar a una de las tentaciones que más daño le hacen al dinamismo misionero que estamos llamados a impulsar: el clericalismo, que resulta una caricatura de la vocación recibida.”

El miércoles 17 de enero, en la Homilía de la Celebración Eucarística POR EL PROGRESO DE LOS PUEBLOS en el Aeródromo Maquehue de Temuco, el Papa se dirigió especialmente a los miembros del pueblo Mapuche, así como también a los demás pueblos originarios que viven en estas tierras australes: rapanui (Isla de Pascua), aymara, quechua y atacameños, y tantos otros… Y en este aeródromo de Maquehue, en el cual tuvieron lugar graves violaciones de derechos humanos. Por lo que el Papa exhortó a la construcción – como artesanos - de la unidad y al reconocimiento de las culturas (originarias) sin violencia, diciendo que “la unidad pedida y ofrecida por Jesús reconoce lo que cada pueblo, cada cultura está invitada a aportar en esta bendita tierra” y que “no se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división. La violencia llama a la violencia, la destrucción aumenta la fractura y separación. La violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa.”

En el ENCUENTRO CON LOS JÓVENES, en el Santuario Nacional de Maipú los exhortó a ser “ los protagonistas del cambio». Ser protagonistas. La Virgen del Carmen los acompaña para que sean los protagonistas del Chile que sus corazones sueñan.” Y les recordó que “madurar es crecer y hacer crecer los sueños y hacer crecer las ilusiones, no bajar la guardia…” Además, les dijo “¡Cuánto necesita de ustedes la Iglesia, y la Iglesia chilena, que nos «muevan el piso», nos ayuden a estar más cerca de Jesús! Eso es lo que les pedimos, que nos muevan el piso si estamos instalados y nos ayuden a estar más cerca de Jesús.”

En la VISITA A LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE, el mismo Miércoles, 17 de enero pasado, recordó la importancia de la identidad, del ser y quehacer dela Universidad Católica para la convivencia nacional y la construcción de comunidad, diciéndoles que la construcción de convivencia “no es tanto una cuestión de contenidos sino de enseñar a pensar y a razonar de manera integradora. Lo que los clásicos solían llamar con el nombre de forma mentis.”. Que la Universidad, en este sentido, tiene el desafío de generar nuevas dinámicas al interno de su propio claustro, que superen toda fragmentación del saber y estimulen a una verdadera universitas.” Y añadió el Papa, que hay que “buscar espacios recurrentes de diálogo más que de confrontación; espacios de encuentro más que de división; caminos de amistosa discrepancia, porque se difiere con respeto entre personas que caminan en la búsqueda honesta de avanzar en comunidad hacia una renovada convivencia nacional.”

Por último, en la Homilía de la Eucaristía en honor a la VIRGEN DEL CARMEN y en la ORACIÓN POR CHILE como Saludo Final, en el Campus Lobito de Iquique, el Jueves, 18 de enero el santo Padre nos animó a todos a que “como María en Caná… estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación que exponen a tantos hermanos a perder la alegría de la fiesta. Estemos atentos frente a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares. Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos migrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en «regla». Estemos atentos a la falta de techo, tierra y trabajo de tantas familias. Y como María digamos: no tienen vino, Señor.”

Después de esta riqueza profética del Pontificado de Francisco en tierras chilenas no queda sino:
  • Lamentar, si el amarillismo y el morbo mediático se enfocó voraz, desenfrenadamente, vulgar y comercialmente en el tema de los escándalos sexuales y en la persona de un obispo chileno acusado de proteger a un cura pedófilo; asunto que el mismo Papa desmintió saliendo en defensa del obispo y – como quedó señalado arriba – pidiendo el perdón respectivo. Amarillismo y morbo que – en algunos momentos y sectores, entonces, pudo opacar y olvidar la riqueza e importancia del visitante y de su misión pastoral y evangelizadora.
  • Esperar, con la construcción y el aporte activo y generoso de todos, que la semilla del Evangelio regada en nuestra Patria chilena por Francisco de – en el porvenir cercano de nuestra amada Nación – frutos buenos y abundantes.