El hombre posmoderno vive inmerso en una sociedad de consumo en la que lo que se quiere se obtiene por medio del dinero y éste por medio del trabajo y del esfuerzo… La acción de gracias queda relegada y anulada porque el pragmatismo materialista y consumista impiden el reconocimiento de lo gratuito: el hombre posmoderno compra, adquiere, negocia….
En esta cadena nada es gratuito y no hay razones para agradecer en una competencia comercial en la que lo que obtengo y tengo se lo debo a mi dinero y logros comerciales y profesionales. Aquí sólo funciona el libre juego de la oferta y de la demanda, de la producción y del consumo, juego en el que el ser humano es visto como un objeto y el “tener” se erige sobre el “ser” como el máximo ideal a alcanzar.
La ACCION DE GRACIAS, la posibilidad de agradecer, la gratitud, proviene de otro horizonte de comprensión de la vida: nace del reconocimiento de que todo cuanto somos y tenemos lo hemos recibido “gratis” para compartirlo y darlo “gratis”.
Ante esta certeza de lo gratuito el ser humano agradece, da gracias, vive en la alegre certeza del que es amado gratuitamente, con un amor que sólo exige amar: de lo recibido gratis, dar gratis (Mt 10,8). Así, el que agradece se compromete con la construcción de tiempos y espacios que posibiliten la gratuidad y la gratitud.
De otra parte, esta certeza de la tener, recibir y conservar la vida como un “don”, como un “regalo” posibilita una existencia alegre, con “una alegría que nada ni nadie puede arrebatar” (Jn 16,22).
En esta perspectiva, el DIA DE ACCION DE GRACIAS, es una bella tradición nacional, de incalculable valor, que permite que nos reunamos para agradecer, pero que más allá de la fecha y de los formalismos sociales, hace que nos preguntemos por el tipo de vida individual, familiar y social que estamos construyendo. Es decir, que nos preguntemos:
- ¿Si comprendemos nuestra vida personal, familiar y social como un don?
- Si la sociedad mercantilista y consumista en la que vivimos nos permite trascender para descubrir la presencia amorosa de Dios en todo cuanto somos y tenemos.
- Si la gratitud es una posibilidad permanente en la vida de todos los que nos rodean o si, por el contrario, la gratitud es un privilegio de unos pocos: ¿de los que tienen en contra de los empobrecidos de nuestra sociedad y del mundo?
- En definitiva, que nos preguntemos sobre las razones profundas que tenemos para mantener la tradición y celebrar el DIA DE ACCION DE GRACIAS.
El DIA DE ACCION DE GRACIAS, que más que una efeméride religiosa es una tradición nacional, nos compromete a todos los que habitamos en esta sociedad norteamericana, en la construcción de una Nación más justa y fraterna, más solidaria y equitativa, en la que no sólo un día al año sino todos los días y siempre podamos agradecer, tengamos todos motivos ciertos y suficientes para el optimismo, para la esperanza, para el gozo sin término.