Navidad es el tiempo litúrgico con el que los
cristianos celebramos, cada año, el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. El
nacimiento del humilde hijo de carpintero (Mt 13,55) que partió la historia de
la humanidad en dos: años y siglos antes y después de Cristo.
El relato del nacimiento en el evangelio de Lucas,
como todo relato humano y – por tanto – como todo relato bíblico, está
entretejido con datos históricos y confesiones de fe.
Respecto de los datos históricos, destaca en Lucas el
interés por darle un marco espacio-temporal lo más exacto posible al nacimiento
del “Salvador”. Así, nos cuenta Lucas, que:
- Salió un decreto del Emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero…primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria…”.(Lc 2,1-2)
Más datos históricos del simple pero contundente
relato lucano sobre el nacimiento y la infancia de Jesús son sus referencias a:
·
“La
ciudad de Nazaret, en Galilea” (Lc 2,4).
·
“Su
esposa María, que estaba encinta”(Lc 2,5).
·
“En
aquella región había pastores…”(Lc 2,8).
Pero toda la fuerza y la intencionalidad del relato
están puestas en las confesiones de fe que la primitiva
comunidad cristiana, seno del relato lucano, hace - “a la luz de la pascua” -
sobre el niño al que ya confiesan Resucitado, sobre el infante al que ahora
confiesan como Señor.
Sobresalen, en el relato lucano, las siguientes
confesiones de fe:
·
“De
la casa y familia de David” (Lc 2,4)
·
“La
ciudad de David que se llama Belén, en Judea”(Lc 2,4)
· “Un
ángel del Señor se les presentó, la gloria del Señor los envolvió de claridad y
se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: no temáis, os traigo una
buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de
David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor” (Lc 2, 9-11)
· “Gloria
a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”(Lc 2.14)
Después de veinte siglos, aunque las circunstancias
sociales, históricas y culturales han cambiado podemos afirmar que nuestro
credo es una fe y una religión histórica, con fundamento en hechos acaecidos de
manera irrebatible y comprobable en el espacio-tiempo de la historia humana
(D.V. 2).
Pero, especialmente, podemos decir que - después de
veinte siglos, en el tiempo litúrgico de la navidad, los cristianos nos unimos
a las mismísimas confesiones de fe hechas por los primeros cristianos en sus
comunidades. También nosotros hoy, como cada día y en cada navidad, confesamos
que en el niño “envuelto en pañales y recostado en una pesebrera” nos nació el
Salvador, el Mesías, el Señor, “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6), el
que llena de sentido la historia de nuestras vidas personal, familiar y
socialmente.
Navidad entonces es un tiempo litúrgico con fundamento
histórico pero – especialmente – un tiempo de celebración gozosa por la buena noticia y la gran alegría
que el nacimiento del Hijo de Dios significó para los primeros cristianos que
así lo confiesan en el hermoso relato lucano y para nosotros que así mismo lo
confesamos en el aquí y ahora de nuestra historia.
Esta buena noticia, esta gran
alegría justifica con creces
todas las celebraciones alrededor de la navidad. Por ello: Feliz Navidad!
1 comentario:
DR. Paredes Muy emotivo y sobre todo entendible significado de lo que es en realidad el nacimiento de nuestro señor JESUS es una pena que tan marabilloso acontesimiento no se le de el valor que en verdad merece. Un abrazo; Nobel Rodriguez
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